José A. Prados 11/08/2009 9:16:
La firma de la hélice revitaliza el Z4, rival de los Audi TT, Nissan 370Z, Mazda MX-5, Mercedes-Benz SLK y Porsche Boxster/Cayman. Incluso Volkswagen contará con un modelo de este tipo a corto plazo derivado del ensayo Concept BlueSport.
Ahora, y frente a ellos, BMW opone un modelo de 4,24 metros de longitud, como siempre de larguísimo capó –para algunos un handicap a la hora de ver dónde empieza o termina el coche- y equilibrado reparto de masas -50% por eje-, biplaza estricto, que en vez de la anterior capota textil opta por una rígida de dos piezas que se recoge en una operación de 20 segundos –sólo a coche detenido- pulsando un botón del cuadro o a través del mando a distancia. De modo que en vez de las anteriores variantes descapotable y coupé sólo hay una carrocería.
Interiormente destaca por una calidad de construcción y una presentación impecables, modernas y muy suntuosas. También es excelente la estanqueidad de la capota. De puertas hacia dentro hay espacio incluso para que pasajeros de buena talla no sienta una sensación claustrofóbica, en parte porque frente al anterior Z4 la superficie acristalada es un 40% superior –un 52 la luneta trasera-.
La posición al volante está conseguida, con todo a mano, bien dispuesto, si bien las piernas viajan muy extendidas, propio de este tipo de modelos y que no gustará a todos al cabo de unos cientos de kilómetros; el maletero, de 310 litros, ofrece sitio para una escapada de fin de semana.
Todas las motorizaciones son de gasolina con cambio de marchas manual de seis relaciones, según la marca con los recorridos más cortos de toda su producción vigente. Opcionalmente, y en función de motores, puede ser automático secuencial con las mismas marchas y levas en el volante: Steptronic, con convertidor de par, o DGG, robotizado y con doble embrague.
La dotación de serie es incluso generosa, con faros bixenón, climatizador dual, control de estabilidad, airbag frontales y laterales cabeza/tórax, neumáticos antipinchazos Run-Flat y sensor de presión sobre la instrumentación, freno de estacionamiento electromecánico, ordenador de consumos, audio-CD con mandos sobre el volante…
Claro está, las opciones son interminables, con alternativas tan curiosas como un cuero especialmente tratado para repeler parcialmente la acción solar y no sobrecalentarse aparcados en modo descapotable; navegación con display de 8,8 pulgadas, disco duro de memoria integrado y conexión USB para volcar, por ejemplo, archivos musicales; pack Pure White con terminación en napa/Alcántara blanco marfil coronada por apliques decorativos de madera Fineline…
En marcha, y más allá de unos frenos impecables o de una dirección muy precisa, sus maneras son sanas y predecibles, sobre todo circulando rápido en vías despejadas. Para ir a ritmo elevado en trazados sinuosos hay que tener más pericia, pues su tracción trasera está ahí y puede propinar algún coletazo si avivamos la marcha o abrimos gas sin piedad a la salida de un marcado viraje. De todos modos, el control de estabilidad cumple bien su cometido, y con él conectado el límite de seguridad es muy elevado.
Además, es confortable en términos generales, hasta para usar a diario si no nos importa ‘tirarnos’ al suelo para entrar o salir, y con el motor analizado, el tres litros atmosférico de 258 CV, con seis cilindros en línea doble Vanos, rápido y al mismo tiempo refinado. El sonido de esta mecánica es una delicia, metálico y dispuesto; su empuje va a la par. Evidentemente no lo lanza con la vehemencia de la versión 35i -306 CV-, de doble sobrealimentación, pero un enorme elenco de conductores sentirán que el 30i -5,8 kg/CV-ofrece el deportivo rendimiento esperado –sólo el paso de 0 a 100 km/h requiere unos exiguos 5,8 segundos- sin, por cierto, menoscabo de una notable respuesta a bajo y medio régimen o de un consumo que se muestra incluso austero a velocidad legal.